jueves, 11 de febrero de 2010

Sólo un pensamiento...

Alguna vez has tratado de olvidar a alguien que querías tanto, que el esfuerzo te duela casi físicamente, por verte obligada a luchar contra algo que realmente nunca quisiste ni hubieras escogido hacer.

Has tenido la sensación de que esa lucha interna con la que te levantas día a día se está mostrando en tu aspecto, como tu piel pegada a tus huesos, como si lo mismo que está absorbiendo tu felicidad también se está alimentando de tu cuerpo.

Has pasado noche tras noche viendo al techo, tomando toda tu fuerza para no hacerte las preguntas a las que todavía no les encuentras respuesta, y al día siguiente te levantas cansada con las huellas de tu fuerza acabada en tus ojeras.

Tú nunca te has sentido así, porque yo nunca me porte como tú. Yo nunca me aleje de ti, para eso no necesitaste ayuda, lo pudiste hacer solito. Yo nunca falte a lo que dije, cumpli con todo, por eso tu nunca te has sentido así, porque no eres yo y yo no soy tú.

Acabaste con todo, poco a poco, desde mi seguridad hasta la esperanza de que algún día tal vez regresaras, la esperanza de que cambiaras, la esperanza de que me quisieras, que duro mucho tiempo, demasiado tiempo. Aniquilaste con tu actitud lentamente mi esperanza, pero ¿Por qué no puedes de una vez aniquilar mi amor?